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VENEZUELADEMO, PISTA SEGURA PARA DESCUBRIR UN MOVIMIENTO MUSICAL EN EBULLICIÓN

sábado, 1 de agosto de 2009

TapasVD

La música en Venezuela vive un momento espléndido. No sólo por el muy difundido impacto que tiene el Sistema de Orquestas Sinfónicas Nacionales, dirigido por el maestro José Antonio Abreu y con Gustavo Dudamel como emblema, sino por la vastísima producción musical disponible de todo género, las múltiples, sabrosas y afortunadas nuevas propuestas que surgen permanentemente, la profusión de negocios privados que ofrecen toques de músicos locales en su “menú”, el mayor número de actividades de formación relacionada disponibles y el incremento en las ventas de discos nacionales reportado por las discotiendas, entre otros aspectos que referiremos en este espacio.

¿Incredulidad en tus ojos? Pues déjalos que sigan estas líneas o dirígelos de inmediato a tu computadora y visita www.venezuelademo.com antes de continuar leyendo, para que esa sombra de duda, y quien sabe si hasta de sorna, se transforme, mínimo, en sorpresa y, ojalá, en entusiasmo.

¿VenezuelaDemo?
VenezuelaDemo es un catálogo discográfico de músicos independientes que existe desde 2005, cuando un colectivo independiente, bautizado EL G4, decidió salirle al paso a la postura de unos cuantos en contra de la música y los músicos venezolanos. Para entonces, hacía poco se había aprobado la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión con un mandato muy claro de dedicar cuotas del espacio radial nacional a la música hecha por venezolanos, tanto tradicional como de cualquier otro género. La reacción fue, en buena medida, adversa a la medida: algunas emisoras hasta se burlaban de la misma, radiando música de pésima calidad y peor gusto, otras le escurrían el bulto so pretexto de que no había música suficiente ni de calidad y colocaban producciones añejas o pretendían que sólo “se les permitía” poner joropo llanero, independientemente del tipo de música que estilara la emisora… Escupir para arriba, pues, ya que su audiencia simplemente cambiaba el dial pero, sobre todo, porque se despreciaba un raudal muy, pero muy, atractivo de propuestas e ingenio sonoro desplegado por los músicos venezolanos.

A conciencia de lo que ocurría, Alejandro Calzadilla (melómano, diseñador gráfico e investigador musical), Raúl Abzueta (compositor, arreglista e intérprete), Luis Laya (melómano, periodista y productor audiovisual) y Germán Acero (productor de espectáculos) aunaron esfuerzos para desarrollar un catálogo musical que demostrara la amplia oferta actual y de calidad en el ámbito, basada en la discografía producida a partir del año 2000 por venezolanos, tanto dentro como fuera del país. Los discos contendrían un tema representativo del trabajo desarrollado por el músico solista o la agrupación, ya fuera de reggae, electrónica, salsa, jazz, tambores de la costa, de cualquiera de los joropos interpretados a lo largo del país, hip hop, etc. Pero, además, contendrían una reseña de su evolución artística, con fotografía, discografía, créditos del tema seleccionado y, muy importante, datos de contacto electrónico, para lo cual se integró al equipo quien esto suscribe, Mari Stella Paredes, como coordinadora del catálogo.

El proyecto fue presentado al Ministerio de Comunicación e Información (MinCI), pues de nada serviría producir los discos sólo para el público melómano o los músicos, sino que aspirábamos a que se convirtiera en una herramienta de musicalización radial que demostrara que todo aquello era falso, por lo que debía distribuirse en todas las radios a nivel nacional, como sucedió. Ya que se trataba, y sigue tratándose, de discos de distribución gratuita, aunque de tiraje limitado (1.000 ejemplares por volumen) para difusión de nuestros músicos, estos cederían el derecho de los temas promocionales escogidos y a cambio recibirían, aparte de la ventaja de no usar discos costeados por ellos para llegar a y ser radiados en todo el sistema de emisoras del país, 10 ejemplares del volumen donde aparecieran, para promoción directa.

Los primeros tres volúmenes, con 51 agrupaciones, fueron distribuidos en agosto de 2005 y presentados en un concierto público. Luego, en varias etapas, han sido producidos, distribuidos y presentados al público, 21 volúmenes más, hasta llegar a reunir 442 agrupaciones, todas diferentes, en 24 volúmenes. Y hoy trabajamos en ocho nuevos discos, que deben añadir unas 160 agrupaciones a esta cifra. Estamos hablando de más de 600 grupos catalogados, con un tema por caso. Calculen ahora, el resto de los temas en cada uno de los discos que tienen estos músicos, siendo que muchos tienen por lo menos un segundo disco y otros muchos más… Ni siquiera hablamos de tres semanas de música continua (para desmentir a quien aseguraba que no había música ni para tres semanas de programación radial, y eso combinada con música foránea) ¡sino de años!

Ajá, y ¿la calidad de la música nacional?, dirán algunos de Uds. Bien, para ponérselos sencillo, entren de nuevo a www.venezuelademo.com, vayan a la página Discos y hagan clic sobre los temas que ahí se encuentran. Están todas las pistas contenidas en el catálogo, y no nos cabe ninguna duda de que habrá música que no apelará al gusto de cada uno de Uds., lectores, por aquello de que entre gustos y colores… Pero les apostamos alto a que se asombrarán de la cantidad de cosas que sí les gustarán y que no conocían.

Retomemos la historia
El impacto inicial fue muy bueno y muchas radios comerciales comenzaron a usar el catálogo. Hasta que se percataron de que el sistema de fiscalización de seguimiento de la Ley no era particularmente estricto. Momento en el que, además, descubrieron que podían trasladar el sujeto del lucrativo negocio de la payola (recibir un pago para radiar los temas) de las disqueras internacionales a las pocas que se ocupan de algunos músicos nacionales, así como a los independientes con ánimos, y bolsillo, para “invertir” en ello. Otra historia, en cambio, la de las alternativas y comunitarias y honrosas excepciones en el mundo comercial, hay que decirlo, que han sido un muy importante canal de difusión de la música nacional vertida en el catálogo y fuera de él, y que han usado los contactos electrónicos suministrados para relacionarse con los músicos, entrevistarlos, pedirles más material, etc.

Ahora bien, a pesar de las distorsiones mencionadas, la Ley ha logrado abrirle espacio y centrar la atención sobre la producción nacional y, se desee reconocer o no, ello ha terminado de hacer emerger un creciente movimiento que, con excepciones, resultaba subterráneo, con el consecuente impulso retroalimentador dentro del movimiento musical y estimulante de la cadena productiva musical: profesionales que viven de su dedicación a la música, estudios de grabación, mezcla y masterización, fabricantes de CDs, imprentas, tiendas de instrumentos musicales, academias o centros de instrucción relacionados, productoras de espectáculos de distintas dimensiones, proveedores de sonido, tarimas y hasta el afianzamiento de las discotiendas que han sabido reconocer y apoyar este movimiento… si no saquen la cuenta del número de tiendas Esperanto que se encuentran en Caracas.

Ah, ¿una cifra “dura” interesante? Bueno, a pesar de la piratería, el crecimiento en la producción de discos formales se ha más que triplicado, pues según estadísticas de Biblioteca Nacional, el número de discos que cumplen el requisito del Depósito Legal (con lo que se comprometen a aportar la obra a la colección de consulta) ha aumentado de 430 en 2004 a 1.403 en 2008. Nada mal, ¿cierto?

Retomemos de nuevo
La propuesta inicial de producir y distribuir los discos fue luego complementada con la creación del sitio web www.venezuelademo.com, desde donde pueden descargarse todas las reseñas creadas y oírse los temas seleccionados en cualquier punto del orbe. También existe, desde octubre de 2005, un boletín electrónico semanal de suscripción gratuita especializado en actividades musicales (talleres, clases magistrales, lanzamiento de discos o publicaciones sobre música, toques en locales, conciertos, giras, enlaces en Internet y entrevistas radiales, etc., etc.) que mantiene al día a la comunidad de músicos que es hoy VenezuelaDemo sobre la actividad de sus colegas y sirve como efectivo testigo de la intensa movida musical que protagonizan los venezolanos. Asimismo, se ha difundido el catálogo, dentro y fuera del país, lo que ha servido de puente de contacto entre instituciones culturales o festivales y los músicos, mientras que, a nivel interno, el trabajo ha desembocado en la organización de ciclos y conciertos, entre otros aspectos.

Además, el catálogo ha trascendido el formato de los discos intergenéricos macro, donde las radios pueden conseguir siempre algún tema que incluir en su programación, ya sea que se dediquen al jazz, la salsa, los géneros tradicionales o cualquier otro y, junto con este tipo de discos, hemos comenzado a elaborar una línea de volúmenes temáticos, que iniciamos con el número 24 del catálogo; al mismo tiempo, el volumen 1 dedicado a la música de raíz tradicional. En los ocho discos por venir, añadiremos dos a esta vertiente y dedicaremos uno a la música para niños y otro a nuestra música indígena.

Así pues, VenezuelaDemo se ha ido convirtiendo en un espacio de encuentro, una suerte de fotografía del acontecer musical actual del país, que agrupa a sus músicos más allá de sellos disqueros o géneros musicales, en un concepto que, hasta donde sabemos, no existe como tal en ninguna otra parte y que, lo más importante, da fe de un movimiento en plena e incontenible ebullición.

Objetivo logrado y nota final
Expuestos buena parte de los argumentos que apuntalan nuestro planteamiento inicial, nos damos por satisfechos y confiamos en que hayamos convertido a unos cuantos incrédulos o, cuando menos, sembrado dudas en aquellos que piensan que lo de la plenitud de la música en Venezuela no es más que un cuento de camino. Así que finalizamos estas líneas, no sin antes dejar dicho que queda muchísimo por hacer, músicos por reseñar, circuitos de toques y conciertos por crear y apoyar, así como adeptos por ganar a una causa gozosa como lo es la buena música y el atrevido proceso de experimentación y fusión de géneros tradicionales y globales que vivimos, con absoluta satisfacción, en Venezuela.

Mari Stella Paredes
Coordinadora VenezuelaDemo

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